Historia

Historia

Desde su descubrimiento por los españoles en el año de 1632, las minas de Batopilas han producido 7 veces mas plata que el total producido en Konsberg, Noruega. La mayoría de la plata esta en su forma primitiva como alambres, cristales y grupos de vetas cristalizadas, hoy presentes en colecciones de minerales en todo el mundo.

El nombre de Batopilas, según se supone, lo derivaron los españoles de una palabra de la lengua tarahumara, bocho/tigori que significa “cerca del rio”  (Gonzales Reyna 1947). Según su tradición los españoles le agregaron el nombre de un santo a esa localidad india y cristianizaron este nombre poniéndole San Pedro de Batopilas.

Grandes cantidades de plata han sido extraídos durante muchos años de 300 minas, depósitos y vetas que se han trabajado en el distrito de Batopilas.

El distrito minero esta situado en el extremo suroeste del estado de Chihuahua a un lado del rio Batopilas en un tibio y profundo valle, rodeado de altas y pintorescas montañas de la Sierra Madre Occidental. Muchas de las entradas a las minas están situadas en las partes bajas de las laderas de las montañas que las rodean, con una elevación de 700 a 1200 metros. El poblado minero de Batopilas aun aloja a varios cientos de habitantes, y esta ubicado en el margen oeste del rio, al sur del centro del área del mineral. El área esta cubierta por el Batopilas 1:50,000 cuadrángulo (G13, R41, 1979).

En 1522 los españoles por primera vez descubrieron yacimientos de plata en México, en Taxco en el estado de Guerrero. Antes de transcurrir dos años ya se estaba extrayendo plata de Pachuca Hidalgo; en 1540 el gran mineral de plata de Zacatecas; y en 1548 los asombrosos yacimientos de Guanajuato, riquísimos en plata fueron encontrados. El Rey de España recibía una quinta parte del metal que se extraía (el quinto real) así como también las muestras mas impresionantes de plata nativa que se obtenían. Se puso en claro para los españoles que México era un tesoro en ese metal que es la plata.  En las siguientes décadas, México fue extensamente explotado por los españoles y estudios de minería atestiguan que no hubo depósitos importantes que se abandonaran (con la excepción de Naica) , aunque algunos descubrimientos fueron abandonados por no ser considerados lo suficientemente lucrativos en aquel tiempo.

En 1632 un pequeño grupo de conquistadores (guardias adelantados) exploraron la región de Batopilas y encontraron plata nativa. El descubrimiento fue aparentemente en el mismo rio, cerca de su nacimiento, donde encontraron la plata resplandeciente y pulida por las aguas del rio. Le llamaron a la mina la Nevada debido a que este metal tan blanco como la nieve parecía estar “nevado”. Muestras de este metal descubierto fueron enviadas al Rey de España, quien aparentemente quedo impresionado. La inmigración de españoles aumento considerablemente debido a tal descubrimiento.

El poblado se desarrollo en el margen oeste del rio Batopilas y dio así comienzo la industria minera de las Barrancas del Cobre que tanta fama alcanzaría en el tiempo. El conocimiento que se tiene de los principios de la historia del mineral son escasos por la perdida de los archivos en los incendios de 1740 y 1845. Sin embargo se sabe con seguridad que uno de los españoles Don Rafael Alonso de Pastrana encontró una bonanza de plata en la mina de nuestra señora del Pilar (1730) la cual le dio 40,000 pesos semanales por muchos años. Una vez, se dice, que el portentoso minero invito al obispo de Durango a que visitara Batopilas; cuando llego el señor Obispo encontró que Pastrana había construido una solida banqueta de plata de la iglesia a la casa donde se hospedaría el Obispo. El clérigo se horrorizo debido a la ostentación y reprobó lo hecho por Pastrana por su vanidad (W.D. Pearce en Griggs 1907). Pastrana murió en 1760 para esa fecha ya se había agotado la veta principal de la famosa mina.

En 1775 un minero mexicano de nombre Cristóbal Pérez obtuvo el derecho de trabajar la mina de San Antonio, allí encontró un rico yacimiento de plata el cual duro 14 años de continua explotación y produjo muchos millones de pesos. Pérez y su hijo fueron muy reconocidos como los mas importantes personajes de aquella parte de México y se contaban muchas historias acerca de sus extravagancias. Las leyendas posiblemente fueron verdaderas puesto que para cuando el hijo murió, en 1814, toda la fortuna había sido dilapidada. (Brodie, 1910).

En 1790 otro español, Don Ángel Bustamante, llego a Batopilas como un comerciante y poco a poco se dedico a la minería. Muchas veces trato de encontrar plata y no lo logro. Sin embargo, siguió sin descanso trabajando la mina Del Carmen y así logro encontrar una rica veta que resulto en otra bonanza la cual según fidedignos informes le produjo un mínimo de 14 millones de pesos. Con su riqueza se regreso a España y se compro un Marquesado (convirtiéndose en el Marques de Batopilas). Sus empleados continuaron la explotación de la mina hasta 1824. (Todd 1907; Brodie 1909)

Durante los primeros años de 1800 el aventurero explorador Barón Alexander Von Humboldt viajo a través de  México y publico numerosos informes del orden establecido en la Colonia de la Nueva España, sobre Batopilas escribió: “plata nativa se ha encontrado en considerables volúmenes que en ocasiones pesa mas que 440 libras de plata pura”  “No hay duda que bloques de plata de ese tamaño se han extraído”. (Humboldt).

En los años de 1820 los españoles fueron arrojados de México mediante una sangrienta rebelión y por ello se paralizaron las minas de Batopilas. El propietario de la mina San Antonio, José Esparza, registro por escrito el cierre de su mina en 1820 y aclaro o narro que la población quedo en la miseria y que solo la mina de Cata y la mina Martínez siguieron trabajando. Poco trabajo minero se hizo después de la expulsión de los españoles.  (Brodie, 1909)

No fue sino hasta 1842 cuando una mujer de gran carácter llego a Batopilas su nombre era Dona Natividad Ortiz y con la ayuda de su socio indio Nepomuceno Ávila comenzó a trabajar varias minas. En corto tiempo las minas de Santo Domingo, San Néstor y la Animas, le habían producido alrededor de 300,000 pesos (Tod, 1907). Bajo su dirección se descubrieron nuevas vetas y nuevas minas comenzaron a operar, incluyendo la de Todos Santos, San Pedro y la Aurora: Batopilas estaba otra vez en su apogeo.

La mina de San Antonio fue adquirida por Manuel Mendazona en 1852. El era un comerciante de Culiacan y había hecho su fortuna en los distritos mineros de de Gudalupe y Calvo. Entre sus primeros proyectos estaba un túnel llamado San Miguel y fue proyectado para trabajar las vetas de las minas del Carmen y San Antonio en sus mayores profundidades. Este túnel redujo enormemente el costo de retirar los minerales de explotaciones superiores eliminando el uso de los malacates, sin embargo antes de que el túnel fuera terminado, murió Mendazona en 1856 y en 1854 se vendió la propiedad a una compañía americana dirigida por John R. Robinson. Robinson prolongo el túnel hasta la mina San Antonio, la que el había contemplado trabajar desde el principio. Al avanzar la perforación del túnel San Miguel se encontró una veta oculta, una que no había sido explorada. Al principio no se considero importante, aunque se encontraron pequeños indicios de que contenía plata, por lo cual se siguió perforando el túnel. Una vez terminado el tunel Robinson decidió trabajar la nueva veta un poco mas  y para ver que se podía encontrar. Lo que encontró fue una veta de plata nativa, la que vino a llamar la Veta Grande o “Great Vein” . Esta veta fue tan rica y por lo tanto se extendió tanto su fama que grupos de bandidos llegaron a exigir tributo; e inclusive uno de estas bandas se apodero de la mina donde trabajaban 300 hombres y extrajo plata por valor de 100,000 pesos antes de decidir dejar la mina. (Tod 1907, Brodie 1909).

Robinson continuo trabajando sus posesiones a pequeña escala durante 19 años; durante este tiempo la población fue  creciendo y en 1877 fue nombrada capital del Cantón Andrés del Rio. (Tod 1907). Robinson vendió las minas en 1880 a otro americano,  Alejandro R. Shepherd, Ex (y ultimo) gobernador de Washington, D.C. Shepherd compro las minas por 600,000 pesos y se fue a vivir a Batopilas con su familia para hacerse personalmente cargo del trabajo. Mas de 300 derechos que cubrían una área de 30 kilómetros cuadrados (12 millas), fueron adquiridos por la Compañía Minera de Batopilas (Batopilas Mining Company). En 1886 se obtuvo una concesión del gobierno de México para dicha compañía lo que le dio el control efectivo de todo el Distrito. Shepherd continuo trabajando con la ayuda de sus hijos hasta su muerte en 1902.

Los trabajos bajo las ordenes de Shepherd fueron por lo general fructíferos a pesar de algunas fluctuaciones en la producción y el precio de la plata. Durante los primeros años después de l880, cerca de un millón fueron pagados en dividendos,  la población del lugar aumento de 400 a mas de 5000 habitantes. De 1880 a 1906 se estimo la producción de plata en 19.5 millones de onzas. (Grand Shepherd 1935). Las vetas de plata eran grandemente ricas cuando se encontraban, pero muy irregulares y difíciles de localizar. Las excavaciones mineras por lo general, seguían el curso de las vetas a grandes distancias para encontrar las bolsas de plata en masa.

En 1808 el Sr. Lamb habla de un encuentro entre Alexander Shepherd y un ingeniero minero que visitaba el lugar y tomaba muestras de diversas vetas para determinar cuanto metal contenían. Shepherd al final hizo ver al ingeniero que en Batopilas ese procedimiento no resultaba apropiado. No tenemos metal a la vista  sino hasta que aparece ante nuestros ojos y allí mismo lo sacamos. Se acostumbraba en cada mina telefonear todas las tardes a las oficinas de la gerencia para informar que tantas mulas necesitaban para transportar la carga del mineral de plata encontrada ese día. La cantidad que se encontraba no era fácilmente predecible, en ocasiones con dos mulas bastaba y otras veces se necesitaban 30 o mas.

Durante su administración Shepherd logro completar la construcción de varios edificios con un costo de mas de 2,000,000 de pesos, para albergar los molinos para minerales, concentradoras Bartlett, generadores eléctricos y compresores de aire. Construyo un acueducto de mampostería de 3 kilómetros de largo y una pequeña presa para generar energía eléctrica. La hacienda contaba con una fundición capaz de fundir hasta 1100 kilogramos de metal, planta de amalgamación, oficina de ensayes y administración, dormitorios, hotel, un hospital, un puente sobre el rio y un teleférico de 800 metros, todo construido de materiales cargados a lomo de mula.

A través de la historia de Batopilas la producción de plata ha sido impresionante. En 1909 se estimo que la mina Pastrana produjo poco menos de 50 millones de onzas de plata desde su descubrimiento en 1730. Gonzales Reyna (1947) calcula que se había producido 20 millones de onzas en la mina los Tajos hasta 1820, y otras 27 millones de onzas en el distrito entero, durante la administración de Alexander Shepherd e hijos (1880 – 1920) Estas cuantas minas produjeron un total de mas de 100 millones de onzas. Gonzales Reyna (1947) sugirió que la producción total del distrito durante 3 siglos de explotación minera fue 11 veces mayor que el total de la producción durante el período de Shepherd, es decir, aproximadamente 300 millones de onzas. Esto parece razonable ya que ningún registro de la producción se conserva acerca del primer siglo de explotación que debió haber sido de grandes proporciones.

Trecientos millones de onzas es una cantidad un tato dudosa y sorprendente pues representa una cantidad de plata igual a la de 900 metros cúbicos que es igual a tres veces lo que produjo el distrito minero de Bisbee en toda su historia y 7 veces la cantidad de plata producida por las minas de Konsberg, Noruega. Aun así, la historia inconclusa del mineral nos deja saber que el Distrito minero de Batopilas en la Sierra Madre Occidental fue, y tal vez lo siga siendo, una de las anomalías de plata mas importantes del mundo.